sábado, 19 de septiembre de 2009

La niña que es un niño levanta ampollas en el cole

Cuando un joven de doce años ha aparecido en la escuela secundaria tras las vacaciones de verano, vestido de mujer, con dos trenzas y pidiendo que le llamen por su nuevo nombre de niña, bendita sea la gracia que le ha hecho a sus compañeros de siempre, los mismos que le conocían de la escuela primaria, y que le han recibido con insultos, mofas y befas varias. Pero es que el menor está preparándose para someterse a un tratamiento hormonal y la cirugía de cambio de sexo. Como resultado, la escuela de mil alumnos en el sureste de Inglaterra donde asiste decidió antes que le partan los hocicos al pobre chaval en el recreo convocar a la plebe a una asamblea de emergencia para explicarle a los pequeñuelos y sus papis qué es lo que le ronda por la cabeza al muchacho-muchacha y de momento ordenando a los niños a tratarlo como a una niña y a usar su nuevo nombre.
Y es que la que se ha montado en el centro es de aupa y muchos padres han reaccionado con molestia después de que no pocos jóvenes comenzaran a llorar y a sufrir traumas diversos al recibir la noticia de que le van a tener que cortar la pilila, de que ya no será un niño nunca más y... el resto de la odisea. Afirman que el director debería haber informado a los padres de la cuestión de antemano, de modo que hubieran podido discutir las cuestiones de género con sus hijos en vez de ver como cada día en la tele el GH, el OT y a la Susan Boyle de los cojones.
Una madre, cuya hija fue una compañera de clase del muchacho-muchacha en la escuela primaria, comentaba que su hija le ha dicho que el alumno-alumna es ya un objetivo de la intimidación. "Lo que realmente molesta a los padres es que la escuela no tuvo a bien enviarnos una primera carta para que pudiéramos explicar a los niños a nuestro propio modo lo que iba a pasar. Tal vez podríamos haber explicado la política sexual, y haber alentado a nuestros hijos a ser más sensibles. Es una cuestión simple: Usted puede notar cómo un alumno no está presente en esta asamblea, porque ese alumno ahora es una chica. La niña, como ahora lo es, sufrirá un infierno a causa de cómo se ha manejado esto”.

El profesor tutor del muchacho-muchacha ha insistido en que los niños le tratan como un niño, a pesar de su comportamiento femenino, que incluyó acudir en bikini para las clases de natación secándose con su toalla de Barbie, con su cabello en trenzas y usando una bici de color rosa. (La verdad es que el muchacho-muchacha será más muchacha que muchacho pero tiene los huevos cuadraos porque hacen falta muchas pelotas para ir a ninguna parte con una bicicleta rosa y una toalla de la barbie). Sin embargo, la escuela secundaria le ha proporcionado un retrete separado y el cambio de habitación en su salón de deportes.
Por su parte, la madre del muchacho-muchacha ha afirmado estar muy comprometidos a garantizar lo mejor para su hijo. "Estamos trabajando con otros organismos para garantizar el bienestar de nuestro hijo, está protegido".
(Y yo le preguntaría a los padres: ¿no nos habremos precipitado un poquito al permitir al chavalín que se cambie de sexo? Total, sólo tiene doce años y con doce años uno no tiene ni puta idea de dónde está ni hacia dónde va ni qué se es ni nada. Qué pasa si a los dieciocho opina que se precipitó en el corte y quiere recuperar la polla, ¿otra vez a pegársela? La medicina ha avanzado pero algo así no es como sacarse un verruga y aún así no dejará de ser otro trauma ni que sea médico. ¿No nos podemos esperar a que el niño sea un adulto? Total, no va de unos cuantos años más. Seguro que si le dices: "mira, niña, si te esperas al 2015 te compro toda la colección de Barbies con sus complementos además" y la convences. Insisto: ¿no nos estaremos precipitando?). Tanta modernidad, no sé, no sé.

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